viernes, 4 de enero de 2013

perseverancia

         Normalmente, cuando nos encontramos ante una construcción popular de hace algunos siglos abandonada a su suerte, vemos algun trozo de muro en pie, algun resto de sillares grandes de alguna puerta, pero rara vez madera en buen estado.
        En el caso de la imagen que os enseño, pasa todo lo contrario. Apenas quedan muros, y solo algun sillar tumbado en la faja cercana. Pero la viga de queixigo que se colocó en su cabecera, sigue en su sitio, perfectamente aplomada donde alguien la presento hace añadas. Su forma y su madera aún sana impresionan a cualquiera.
    Sabiduria arquitectónica en estado puro.


   Saludos. Kike.

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