En Sobrarbe tenemos la gran suerte de poder recoger parte de nuestra comida en los bosques.
Pocos olores existen para mi como el que surge al acercarse a la nariz un buen puñado de Cantarelus lutescens , conocidos como trompetilla amarilla. Esa fragancia se te mete dentro y dura un buen rato. Me encanta.
Pero también me encanta comérmelos. Ahora frescos, pero cuando no adubes a comértelos todos, lo mejor es secarlos a la sombra y guardarlos para el invierno y los guisos venideros al lado del frio.
Saludos. Kike.
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