Cabalgo por tu espuma cada año
rozando apenas tu envoltura.
Me llevas y me traes.
Me sigues y yo a ti.
Con todas tus dimensiones
me distraigo y me hago grande.
Llenas mi pozo.
Riegas mi huerto,
convirtiéndolo en jardín.
Me acunas por la noche
con la improvisación del sonido de tus olas,
de tus piedras,
de tu arrastre imparable hacia las nubes.
Ellas siempre vuelven dándote las gracias.
Yo también. Y aunque no pueda llenar
tu vaso con mi cuerpo,
a cambio tu llenas mi alma con tu esfuerzo.
Gracias ARAmor.
Saludos. Kike.
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