Pasear por Sobrarbe siempre te hace estar alerta. Tus sentidos deben funcionar bien para disfrutar a tope del entorno.
A veces , caminos pequeños y apartados, te deparan sorpresas si las sabes buscar.
Ayer al pasar por una pasarela rudimentaria, me dió por ir a ver el lado que nadie ve, en el que nadie se fija.
Destrepé el barranco hasta debajo de la palanca, y me encontré un arcaico y sencillo arco sin jambas, apoyado en la roca de los laterales de forma armoniosa y natural.
Una obra de construcción medieval totálmente rural, que hace las delicias del caminante ávido de sensaciones.
Tendré que volver para hacer mejores fotos.
Saludos.
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