Cuando no tienes paladar, cualquier cosa que comas te vale. Un pastel te lo puedes comer de un bocado sin ni siquiera apreciar su textura.
Pero cuando aprendes a diferenciar los sabores, los olores y el crujiente de un buen hojaldre, es verdaderamente una delicia disfrutarlo.
El aprender y observar vale para todo.
Inmerso en un curso de geologia de nuestro Geoparque de Sobrarbe, estoy aprendiendo a degustar los estratos, sus pliegues, sus amontonamientos caprichosos.
Es un placer poder mirar el paisaje y comunicarte con él.
Te hace ser un poquito más parte del todo.
Te hace ser mejor.
Te hace más feliz.
Saludos.
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