Estos dias, paseando por el territorio del Sobrepuerto, todo es silencio y soledades dispersas en tan abrumador paisaje. Solo el sonido de los cuartizos de las vacas que quedan en el puerto te hacen sentir que no es una burbuja del espacio-tiempo.
Pero el último testimonio de la vida laica, aguanta sin reblar al olvido de la mayoria.
Esbeltas ,...........esperando.
Remerando en las noches el olor del humo y el sonido de las voces desde sus cadieras.
Saludos. kike.
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