Algunos tenemos la suerte de disfrutar de nuestras montañas en la soledad que nos ofrece un día cualquiera entre semana.
Si las laderas están peligrosas por la cantidad y calidad de la nieve, siempre tenemos rincones a los que acudir a sentir el blanco que nos enamora.
Las luces y las texturas hacen el resto.
Saludos de invierno. Kike.
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