Cuando los canteros construyeron magistrálmente la iglesia gótica de Getaria, quizá no conocian que debido a los contrastes de temperatura unidos a la salinidad del ambiente humedo cercano a la costa, sus sillares de arenisca iban a meteorizarse formando mágicos alveolos, que aunque le aporten fragilidad, tambien contribuyen a su petrea belleza.
¿Cuantos siglos más durarán....?
Saludos. Kike
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